Y para convencernos de esto sólo hay que poner un poquito de atención en cómo hemos llegado a obrar como lo hacemos. Al hacer este pequeño ejercicio mental, caeremos irremediablemente en la cuenta de que en el fondo siempre hay una pasión, sentimiento, deseo, que nos ha obligado a obrar como lo hemos hecho.
¿Que no? ¡Cómo de que no! Si hemos ido hoy a trabajar es porque nos vemos obligados a hacerlo si queremos comer o comprar ese auto que tanto deseamos. Si hemos ido a jugar boliche seguro ha sido porque un deseo de aburrimiento nos animó a ello, o por la insistencia de nuestros amigos (que lograron doblegar nuestro ánimo y convencernos de ir). No importa qué sea, siempre hay algo ahí que nos orilla a hacer lo que hacemos (y lo que no hacemos).
https://www.recursosdeautoayuda.com |
Schopenhauer, en sus Dos problemas fundamentales de la ética, menciona un ejemplo parecido al siguiente, y con lo cual nosotros terminamos este post, breve pero muy aleccionador: pero estaría el caso de aquél hombre que se negara a aceptar que su conducta es condicionada y que por tanto dijera: "¡Yo soy libre y si quiero podría tomar mis cosas y largarme de este pueblo para siempre y no volver jamás!".
Ok, ok, supongamos que existe ese hombre y que efectivamente toma la decisión de abandonar su tierra. Con esa decisión tan fuerte no demostraría que su conducta es libre, obviamente. Por el contrario, demostraría justo lo contrario: que algo en su interior (su deseo de demostrar algo), lo orilló como el viento a una hoja de papel, a moverse y a tomar la decisión de abandonar su país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario